No tengas prisa. ¿Has oído eso de que las prisas no son buenas? Pues en la lectura es así. Un buen lector sabe adaptar la velocidad de lectura a la dificultad del texto. A veces te encontrarás con textos más sencillos en los que avanzar más deprisa, y otras veces, en las que el texto presenta una mayor dificultad tendrás que bajar el ritmo de lectura para identificar el mensaje del texto y entenderlo a la perfección.
Busca el significado de las palabras que no entiendas. Haz del diccionario tu mejor amigo. Si no entiendes una palabra deja lo que estás haciendo y busca su significado. Lee la definición detenidamente hasta que sepas bien qué significa y el papel que juega en lo que estás leyendo. Aunque no lo creas, una simple palabra puede cambiar drásticamente el significado del texto completo.
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